Rocío Loizaga de Castro, investigadora Independiente del CONICET, conversó con Eduardo Feinmann sobre la cantidad de ballenas muertas que aparecieron desde mayo en las costas de Península Valdés, en Chubut, y consideró que “está dentro de los números normales”.
Repasá las frases más destacadas
-“Hay varias cosas que tenemos que aclarar porque parece que hubo un poco de ruido en toda la información que se ha generado”
-“La ballena franca austral es un animal, la población está creciendo, es una población que está saludable, que hasta el momento tiene conflictos de conservación, pero es una población que está con tendencia positiva”
-“En estos contextos poblacionales siempre se mueren individuos, es natural que se mueran individuos”
-“Una ballena puede vivir hasta 80, 90 años, son animales muy longevos los mamíferos marinos”
-“Y son reproductivas a temprana edad, con lo cual las hembras tienen cría cada 3 años”
-“Los números que se reportaron ahora de estas 70 ballenas muertas son de toda la temporada de este año, que arranca en mayo, cuando las ballenas empiezan a llegar a Península Valdez para reproducirse y parir a su cría de la gestación anterior”
-“Y dura hasta más o menos fines de noviembre, principios de diciembre”
-“Con lo cual es un número acumulado de 70 individuos que está dentro de los números normales que deberían para una población que estamos estimando entre 5.000 individuos que tenemos en la zona todos los años”
Feinmann: “O sea, ¿es normal que mueran 71 o 70 ballenas por año?”
Rocío Loizaga de Castro: “Sí, no sé si ponerlo normal, pero no es una mortalidad, digamos, que llame excesiva”
-“Porque se lo digo a lo largo de toda la temporada. Si hubiésemos tenido 70 en un periodo muy corto, ahí sí despertaríamos una alarma y empezaríamos a buscar cuál podría ser la causa”
Feinmann: “¿Y estas murieron por la marea roja o no?”
Rocío Loizaga de Castro: “El problema es así, nosotros detectamos entre el 15 de octubre al 20 de octubre altas concentraciones de dinoflagelados que son los productores de estas biotoxinas”
-“¿Qué pasa? La ballena en este momento, que ya están quedando, ya estamos al fin de la temporada, quedan muchas madres con cachorros, empiezan a alimentarse para tener un poco más de energía para emprender la ruta migratoria”
-“Entonces, este fitoplancton es prendado o es comido por el zooplancton, que es el que come la ballena”
-“Entonces, si ese zooplancton se alimentó de algún parche donde estuvo estas algas que generan las biotoxinas, podría causar la muerte por intoxicación de toxina”
-“¿Pero qué pasa? No sabemos cuál es la toxicidad, o sea, el límite de toxicidad del concentrante que tiene que tener o comer la ballena para morirse, que sea causal de muerte”
-“Los únicos ensayos que hay es con, se sabe, es para la población humana, porque es un riesgo sanitario, pero para las poblaciones naturales no conocemos, porque no podríamos realizar ensayos biomédicos para saber hasta cuándo podría soportar”
-“De estas 71 ballenas que se reportaron, 19 fueron en este periodo que estuvo el bloom de biotoxinas”
-“Y hasta el momento en la que se testeó, dio negativo, pero no quiere decir tampoco que el resto no dé positivo, o sea, hay que esperar que se hagan los análisis químicos para poder determinar, digamos, si podría ser una causal o no”
Sabemos que también la contaminación, el calentamiento del mar y la sobreexplotación de los recursos marinos están alterando los delicados equilibrios del Mar Argentino y el Atlántico Sur. Proteger y garantizar la salud de los océanos, ayuda a un incremento del turismo en un área calificada como Patrimonio Mundial Natural.
Experto Comisión Mundial de Áreas Protegidas
Unión Internacional para la conservación de la Naturaleza (IUCN)
Comments are closed.