Alberto Crupnicoff, quien era presidente de la AMIA el 18 de julio de 1994, conversó con Eduardo Feinmann y recordó el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina.
Repasá las frases más destacadas
-“Podían haber estado ahí, podían estar en cualquier lado”
-“Fue muy dramático, bastante difícil de describir, pero la verdad es que tanto la gente del SAME, como los bomberos, trabajaron con mucho ahí”
-“Nunca voy a dejar de reconocer lo que hicieron. Había mucho de una cuota alta de humanidad, no solo de profesionalismo”
-“No era la hora en que yo solía asistir, pero ese día estaba en mi oficina hasta que recibí un llamado de gente amiga que vivía en la cercanía de la AMIA y me dicen que pasó algo grave, hubo una explosión”
-“Salí corriendo, tomé un taxi en la esquina de Montevideo y Tucumán, pero cuando llegué a Callao ya no se podía transitar, estaba todo colapsado”
-“Era invierno, me acuerdo que hacía mucho frío, estaba muy abrigado. Salí con la mayor velocidad que pude rumbo a Pasteur cuando estaba llegando, ya vi el desastre”
-“Lamentablemente no había sido inédito para mí, porque cuando fue el atentado a la Embajada de Israel, dos años antes, también estuve presente ahí, pero ya con otro rol”
-“Fue igualmente conmocionante, y realmente lo que se puede llamar una situación límite”
-“Fue dramático, realmente, indescriptible las escenas que en ese momento se veían, lo que se vivía, el olor, el polvo, la destrucción, la sangre, bueno, todo”


























